El concepto de sistema de gestión que se utiliza fundamentalmente en los procesos empresariales de toma de decisiones y, de forma inconsciente, en la vida diaria a nivel personal, también se aplica a la seguridad y salud ocupacional, recurriendo a criterios, normas y resultados que pertenecen exclusivamente a este ámbito.
Todo sistema de gestión de la seguridad y salud ocupacional tiene por objeto proporcionar un método de control, evaluación y mejora continua para la prevención de los incidentes y accidentes en el lugar de trabajo. Básicamente, consiste en un método lógico que sigue pasos muy claros para decidir aquello que debe hacerse en cada caso. En este sentido, el mejor modo de hacerlo es supervisando los progresos realizados con respecto a las metas establecidas, evaluar la eficacia de las medidas adoptadas e identificar ámbitos que deban mejorarse.
Esta descripción se basa en el Ciclo Deming: “Planificar-Hacer-Verificar-Actuar” (PHVA), concebido en la década de los 50 para supervisar los resultados de las empresas de una manera continua. Al aplicarse a la seguridad y salud ocupacional, “Planificar” conlleva establecer una política que permita elaborar planes para la organización del sistema, la identificación de los peligros y la evaluación de los riesgos. La instancia “Hacer” refiere a la aplicación y puesta en práctica de lo decidido en la fase previa. La instancia “Verificar” se centra en la evaluación de los resultados del programa y, finalmente, la fase “Actuar” cierra el ciclo con un examen del sistema en el contexto de la mejora continua y su preparación para el siguiente ciclo.
En definitiva, la efectividad de un sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo depende de que se cumplan las medidas pertinentes de prevención y protección.
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