Fuente de incalculables beneficios en el mundo del trabajo, la tecnología en general, y particularmente la inteligencia artificial, sigue avanzando en materia de seguridad y salud ocupacional.
En efecto, desde hace sólo algunos años, el avance de la tecnología ha abierto las puertas a una importante mejora en los lugares de trabajo, no sólo en lo que respecta a la eficiencia y productividad, sino también en términos de seguridad y salud laboral. Si bien el último Informe Anual de Accidentes de trabajo señala una disminución en las bajas de los días laborales y/o secuelas incapacitantes, todavía es mucho lo que resta por hacer. Descuidos y desobediencias son sólo algunas de las numerosas negligencias que resulta urgente erradicar de los trabajadores para resguardar su propia salud. Ya lo decía Cicerón: “no hay mayor enemigo para el hombre, que el propio hombre”.
Debido a esto la tecnología puesta al servicio de la seguridad y salud ocupacional está permitiendo aplicar inteligencia artificial a soluciones de diversa índole. Un ejemplo elocuente que vale mencionar son las cámaras inteligentes de video vigilancia capaces de advertir de manera automática distintas anomalías durante el transcurso de la jornada laboral. En caso de “observar” a un empleado transitando por zonas prohibidas o sin el debido equipo de protección personal, pueden activar una señal de alarma. Esto hace posible corregir de inmediato cualquier situación que ponga en riesgo la integridad del trabajador. Se espera que, en poco tiempo más, la inteligencia artificial sea capaz de aprender por sí misma estos patrones de comportamiento para luego actuar en consecuencia.
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