Todos desean un lugar de trabajo en el que la seguridad y salud ocupacional estén garantizadas, pero lo que cada persona está dispuesta a realizar para alcanzar dicho beneficio no siempre es coherente con aquel deseo.
Por tal motivo, la dirección de una empresa u organización es la que debe decidir hasta qué punto, y dentro de qué parámetros, se dirigirán los esfuerzos tendientes a cuidar la seguridad y salud ocupacional, en el marco de lo que establece la normativa vigente. Nunca faltan aquellos gerentes o encargados que, negando su responsabilidad, prefieren dejar la decisión en manos de sus empleados. Esta postura parece respetar el principio sagrado de la libertad personal y la responsabilidad individual. Sin embargo, semejante posición por parte de la dirección es de hecho una decisión por omisión que conduce, en la mayoría de los casos, a un paupérrimo nivel de seguridad y salud en el ambiente de trabajo.
Por supuesto, el planteo anterior no es una impugnación del buen juicio del trabajador. Ciertamente no lo es porque, sin el compromiso de la dirección, el trabajador no tiene los medios para hacer lo necesario. Si bien es claro que el comportamiento del trabajador es el determinante más importante de la seguridad y salud ocupacional, por sí solo no puede hacer que un trabajo peligroso se vuelva seguro. Además, si un trabajador pone excesiva atención a la cautela y al cuidado de su salud, habrá muchas motivaciones de producción y otros incentivos que se verán debilitados o socavados, en detrimento de su misma productividad laboral.
LUBE apoya las medidas que aboguen por un trabajo con menos riesgos para todos, y ofrece asesoramiento a sus clientes en la compra de equipos de protección personal.
Para más información sobre seguridad industrial equipos de protección personal llámenos al 4653-2066 o escríbanos a ventas@lubeseguridad.com.ar
